domingo, 20 de marzo de 2011

Imperativo.

Sostenía un globo, como cuando era pequeña. Siempre le habían dicho que existía un país especial, un mundo allá en los cielos inmensos, cerca del cielo de los perros, donde los globos se quedaban a vivir. Así que ella los soltaba sin miedo y siempre se quedaba mirando como estos ascendían y avanzaban hacia su hogar real… De alguna forma, pensaba, estaba dejándoles libres.
Cuando creció y supo que no era más que una ilusión de la infancia, se dio cuenta de que, aunque mentira, era una de las historias más bonitas que jamás le habían contado. Las metáforas… Esa libertad, ese preferir que algo se aleje porque así será libre, será feliz, será inmenso, será su ser… Sus manos antes pequeñitas adoraban sostener los globos, pero aún adoraban más tener el poder de soltarlos y que el aire iniciase su viaje hacia su particular e infantil Nunca Jamás.
Ya no era una niña, por supuesto, pero en su alma seguía la creencia de sostener pero no atar. Sabía, además, que había ocasiones en las que había que dejar ir… había que saber decir adiós. Y en ese momento, mientras sostenía su globo a los veinte años, supo mirarse al espejo y darse cuenta de cómo había madurado y en quién se había convertido. Se sentía orgullosa. Y, a pesar de que estaba llorando, notaba cómo esa paz de quien sabe lo que va a ocurrir, empezaba a embargar y anestesiar sus lágrimas.
Miraba hacia delante segura de sí misma y a la vez tremendamente débil y casi infantil como desde hacía mucho tiempo… Pero era consciente, era muy consciente, y quizá ese fuera el problema, el aliciente, la solución, el empujón que le faltaba. Dio un paso hacia delante temblando, cogió aire y mirando al cielo soltó el globo.
Permaneció largo rato callada, estructurándose a sí misma, y escuchando a su cabeza y a su corazón que le hablaban en sintonía. Mientras tanto, inconscientemente, sus manos decían adiós a una etapa y esperaban que aquél globo también llegase a su hogar real, que alcanzase su libertad, aunque ya no creyese en las historias de niña…

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