Nunca sabe cuándo será la siguiente ocasión en que las palabras broten de sus manos, de sus dedos, de su alma, en una avalancha de sal, lágrimas, luz y primavera. Pero a veces, cuando ni siquiera cree que le quede tinta en ese pequeño -e inmenso- cajón donde se guarda a sí misma, vuelve a salir, explota, y la tinta vuelve a rodearle, a hacer que se sienta en casa.
A veces el frío congela sus pétalos, y las espinas se clavan como picos de hielo en nieves perpetuas. Qué pequeña ella, sola en el invierno, esforzándose por adquirir un rojo más intenso y así hacerse ver, y así volver a ser la reina de las flores... Nadie le ha explicado que las rosas no florecen con el frío, así que ella sigue intentándolo.
Sin embargo, cuando sus fuerzas parecen darse por vencidas, en la calma que antecede a la peor tormenta, se da cuenta de que ella ya es una Rosa, no necesita florecer, sólo guarecerse, sobrevivir, y volver a desplegar sus pétalos en la primavera. Ella ya es tan roja que podrá absorber la sangre de sus heridas evitando cicatrices, seguirá poseyendo espinas, seguirá siendo hermosa, inmensa, y sólo así, en medio de la nada, única.
Ella cree que el invierno es demasiado frío, pero a veces también se le olvida su capacidad de ser sol. Se siente pequeña, pero su corazón sigue siendo inmenso. Se siente perdida, pero sus pasos siguen siendo luz. La mujer que siempre seguirá siendo niña, la niña que siempre será una mujer.
Y ahora que puede, escribe, escribe hasta dejarse en tinta, en pétalos de palabras, en sensaciones. Escribe en rojo, rojo sangre.
miércoles, 27 de noviembre de 2013
lunes, 18 de noviembre de 2013
El robo de la LOMCE.
La LOMCE es un atraco al país. El
problema es que se trata de un atraco silencioso, sin violencia, de esos donde
se descubre lo que se ha robado mucho tiempo después de haberse cometido el
delito, cuando jamás podrá ya encontrarse el preciado objeto sustraído. Sí, eso
es la LOMCE. Bajo el nombre de “Mejora de la Calidad Educativa” se esconde un
gran golpe a la cultura, el conocimiento, y la evolución del ser humano como
ser humano. Esa “mejora educativa” se traduce en una mercantilización de la
educación donde ya no importa qué se estudia, sino para qué, con qué fin, como
si Maquiavelo llevase las riendas de este navío condenado a naufragar. No
importa que haya que dar un mazazo a las humanidades en su conjunto, y es que
cuanto menos se desarrolle el pensamiento, menos oposición, luego más poder,
más supresión sin consecuencias, pues como reza la frase: “El peor enemigo de
un gobierno es un pueblo culto”. No se trata de una teoría de conspiración,
sino de una realidad. No interesa que pensemos, no interesa que desarrollemos
el pensamiento crítico, ni siquiera interesa que desarrollemos la faceta
artística que nos define y caracteriza desde el comienzo de nuestra existencia.
¿Qué habría sido de los primeros hombres si se les hubiese prohibido pintar
sobre las paredes? ¿Qué será de nosotros si aniquilan nuestras formas de
expresión y neutralizan nuestro pensamiento?
Filosofía es condenada a mera
optativa en segundo de bachillerato, y la música reducida a una única hora
semanal. ¿Por qué, después de todo, iba a interesarnos el pensamiento de grandes
hombres que pudieron estudiar problemas muy parecidos y cercanos a los de hoy?
¿Por qué iba a interesarnos que los alumnos se cuestionen la realidad? Y la
música… ¿para qué? ¡Aquí lo que importa son las matemáticas, la economía, el
pensamiento formal! ¿Cómo si no iba a ampliarse el mercado?
Y no sólo eso, sino que además se dota de valor en la evaluación a
la asignatura de Religión católica, ¡en un estado laico! Es decir, no importa
lo que dijeron grandes pensadores como Platón o Hobbes, entre otros, pero sí
dotamos de importancia a lo que establece como dogma una religión que ya no
representa ni a la mitad de la población.
Hay muchas más asignaturas
afectadas por este nuevo ataque a la educación. De lo cual podemos deducir que
el verdadero núcleo de cada reforma educativa en este país no tiene que ver en
realidad con la educación, sino con los intereses políticos, con el círculo
vicioso a lo largo de la historia de seguir aumentando la riqueza de los ricos,
mientras los pobres son cada vez más pobres (no sólo a nivel monetario, sino
también cultural)
No niego que la reforma tenga
puntos clave que sí resultarían beneficiosos de ser impuestos, sin embargo creo
que para que un barco llegue a su destino, no basta únicamente con tener dos
marineros buenos entre toda la tripulación.
La educación nos incumbe a todos, pues es el sendero por el que
han de caminar todas las sociedades, y por tanto, todas las personas. Ahora
bien, debe ser un sendero indicativo, no una única vía. Debe servir de instrumento
para que cada ser humano forme su propio camino. Y para eso, desde siempre, es necesario,
al menos, saber que cabe la posibilidad de crear, de oponerse, en definitiva, de
ser libre para caminar hacia donde se quiera. Y jamás podremos ser libres si la
educación no es vista como un valor, y sí como una moneda.
jueves, 7 de noviembre de 2013
Esta(r)ciones
No creo que sea el Otoño el culpable de que se te caigan las hojas. Ni creo que la Primavera, por ser Primavera, vaya a traerte las flores que nunca has plantado. En Verano puedes dedicarte a recibir del sol, como todo el año, lo que jamás estás dispuesto a dar. Pero no, tampoco puedes afirmar que tu incapacidad de dar calor es consecuencia del Invierno al que estás expuesto.
Las estaciones son sólo estaciones, es el mundo el que gira, eres tú el que se mueve.
Las estaciones son sólo estaciones, es el mundo el que gira, eres tú el que se mueve.
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