miércoles, 6 de mayo de 2015

Cuando...

Cuando el mundo está explotando dentro de mí, y los pájaros están cansados de volar en mi pecho y quieren salir; cuando las palabras se me amontonan en el estómago haciendo presión a la esperanza, y la cabeza viaja con demasiada frecuencia a ninguna parte.
Cuando eso ocurre, yo, que no soy ni más ni menos que una flor, espero, escribo espinas de vez en cuando, y fabrico nuevos pétalos.
Así, el mundo interior caótico y rebelde sabe que ahí fuera sigo creyendo poder luchar -y vencer- contra los inviernos.




Somos.

Mi cabeza es
un laberinto de palabras.

Mi alma es el trazo
que marcas cuando andas.

Mis poemas son odas
a la vida en tus pestañas.

Mi locura es el plagio
del humor de tus entrañas.

Soy el espejo que la vida fijó
para que pudieras verte,
eres el espejo que siempre pedí
donde ahora puedo verme.

Somos el binomio sin cuerdas,
dos pares de alas que comparten su vuelo.

Somos dos pájaros que por fin recuerdan
que sin compartir, el cielo sólo sería suelo.