¿Podemos conocer-nos? Somos misterio elevado a n, n sueños, n vidas... n elevado a n.
Puede que la matemática sí sienta, después de todo es, de alguna manera, humana. Muchos la definen como "belleza formal"; la fórmula, la exactitud, el éxtasis epistemológico. Y sin embargo, el error también la persigue. Puede que no tropiece con piedras, pero sí contra sí misma. Y una vez más: como nosotros.
Cada vez que nos miramos al espejo tropezamos una y otra vez contra nosotros mismos. ¿Será eso a lo que se refería el dicho de tropezar siempre con la misma piedra? A veces nosotros somos tan pesados, cortantes y grises como una roca. Incluso nos gusta, también, que el mar golpee sobre nuestro cuerpo, erosionándonos las tristezas, puliéndonos como la vida misma.
Algún día le preguntaré a un pez si desea volar.
Nosotros, los humanos, vamos imitándolo todo: alas, aletas, pezuñas... Y no nos damos cuenta de que ya somos animales. Una vez más, matemática: dos piernas + dos brazos = corazón ansioso por otras dos alas, y otras dos aletas.
Qué pesados somos
-y otra vez-,
como las rocas.