Sólo quiero que el gris sea menos negro, y que el negro jamás vuelva a ser final. Porque los finales negros -dicen- no son finales; pero aquí en medio de la tormenta cualquier color parece utopía, y cualquier utopía, mentira. Y lo digo yo, que enarbolo banderas utópicas, que sueño en prosa, y amo en verso. Imagina hasta dónde llega el huracán, y cómo marchita el silencio.
Quiero imaginar que el desierto sólo es un bache, y que la sed sólo es la mezcla del hambre y la culpa del que desea cambiar. Sólo que a veces escuece tanto el desengaño, y ahoga tanto esta asfixia en ciernes, que la poesía parece alejarse, como un espejismo, hasta para mí.
Y entonces la desconfianza no me permite soñar más que con un ojo cerrado y el otro abierto, alerta siempre ante el vendaval... Y me permito escribir historias que sólo narran metáforas, arañan imágenes, y creen en el perdón.
Y así entendí que la supervivencia también es saber seguir volando, extender las alas, respirar poesía, entender el invierno... cuando ni siquiera el tiempo se atreve a ser juez.
martes, 4 de febrero de 2014
lunes, 3 de febrero de 2014
De mi vida.
Y qué haría yo si me faltase
tu risa,
el torrente enérgico del que mana
mi vida,
la luz eterna que todo lo baña
e ilumina.
Y qué haría yo si no te hubiese
encontrado,
sólo vivir como si fuese una
orden,
un paso estéril por los días
de un calendario
demasiado gastado para albergar
verano.
Y qué haría yo si algún día
te fueras,
habiendo sentido ya lo que es la
unión de dos almas que
unidas forman una entera;
habiendo creado el universo bajo
una almohada,
habiendo convertido la vida
en sueño.
Qué
haría
yo.
tu risa,
el torrente enérgico del que mana
mi vida,
la luz eterna que todo lo baña
e ilumina.
Y qué haría yo si no te hubiese
encontrado,
sólo vivir como si fuese una
orden,
un paso estéril por los días
de un calendario
demasiado gastado para albergar
verano.
Y qué haría yo si algún día
te fueras,
habiendo sentido ya lo que es la
unión de dos almas que
unidas forman una entera;
habiendo creado el universo bajo
una almohada,
habiendo convertido la vida
en sueño.
Qué
haría
yo.
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