viernes, 19 de julio de 2013

Sólo no te vayas nunca.

¿Qué iba a quedarme en un cajón vacío si no palabras desgastadas? Sin ti el baúl sólo sería un baúl, y yo una más, sólo una menos.
¿Qué iba a quedarme en el corazón ahogado si no pétalos marchitos y noches nunca más descorchadas? Sin ti la luna sólo sería un botón descosido, igual que mi sonrisa.
¿Qué iba a tener aparte de una prosa que lucha por ser la poesía que un día fue? Sin ti no habría versos, sólo tinta sin color, sin alma, sin mí.
¿Cómo iba a ser yo Rosa sin rosas que regar, sin jardín en el que soñar despierta? Si te fueras te llevarías mis espinas, cualquier viento sabría cómo destrozarme. Si te fueras... ¿para qué más idas y venidas? ¿Para qué cantarle a las mañanas, para qué contarle a nadie quién soy? Sin ti no habría estrellas en mi ventana, ni siquiera noche, ni siquiera día.
¿Cuándo sería un buen momento para adornar el tiempo perdiéndolo? Sin ti no habría tiempo, nada que perder, nada por ganar.
Y aullaría a mi ceguera cada vez que mi piel tocara la almohada si supiera que jamás tus dedos volverían a ser desvelo. Y mis ojeras serían el rímmel del insomnio de quien jamás se atreve a soñar. El corazón rojo se vestiría de fiesta con los pedazos que dejaste, y se iría a llorar a un rincón oscuro, resignándose a latir para un cuerpo -¿dónde se encuentra el alma? Eres tú quien tienes el mapa, dueño-.

Sólo no te vayas. Sólo... Sólo no dejes que me pierda nunca. Sólo...
Y lanzaremos las preguntas al acantilado de lo que nadie desea saber. Y miraremos cómo desaparecen, mientras seguimos creando tinta agarrados de la mano, sin más hoja que el cielo a nuestros pies, y el futuro entre los dedos.



domingo, 7 de julio de 2013

Poeta y poesía.

Como el rocío de una hoja
que jamás se cae.

Como la leyenda de un tiovivo
con caballos
que jamás se cansan.

Como la saliva de unos labios
que jamás se gastan.

Así, a un escritor
nunca le faltan letras,
sólo le sobran.

Así, a un poeta
nunca le sobran versos,
sólo a veces besos
le faltan.

Y desplegar el abecedario
por las páginas del tiempo.

Y despejar las dudas
de la arena
que espera al sol.

Hoy me siento poeta,
me siento extraña.

Como si las margaritas
no tuviesen que escoger
entre el sí y el no.