martes, 1 de abril de 2014

Ganas.

Ganas de las cosquillas del mar en los dedos de los pies; de un libro a medias, siempre a medias, bajo el sol de Julio y Agosto.
Ganas de árboles verdes, de esos que no se acuerdan ya de cuando estaban grises y mustios, y echaban de menos a las flores.
Ganas de las noches que no terminan, de los mil cuentos de una Sherezade llena de tatuajes, de una historia que se escribe -y de la que somos nosotros los autores-.
Ganas de sentir la libertad que late cuando amanece y tú continúas a mi lado, demasiado callado como para que no me enamore de nuevo de ti, y con tantas vivencias como para que jamás desee que te calles.
Ganas de mi piel tostada, tan al aire como la vida misma, tan a fuego por la influencia de los rayos más calientes que conozco: tú.


Ganas de ti. Ganas de mí. Ganas. Tantas ganas...
Y sin embargo, Abril y lluvia.


Barcelona enamora.