viernes, 1 de junio de 2012

Natural.

Está nerviosa. La noche se acerca, y él, por tanto, también. Le laten las mejillas y tiene rojo el corazón. El armario está vacío y nada de lo que hay en la cama le sienta bien, tiene que encontrar la combinación perfecta. El maquillaje sigue en su sitio, ni siquiera ha comenzado a pintarse. De fondo suena una canción que dice algo sobre aprovechar cada minuto, y comienza a bailar mientras canta frente al espejo, aún sin vestir. Siente la ingravidez de sus pies y vuela a través de las notas, se siente viva. "Vamos a poner el mundo del revés" -está diciendo la cantante. Y ella precisamente sólo sigue lo que estos le marcan. Se ha olvidado por completo de la ropa, del armario desordenado, de la perfección, del pintalabios, de los tacones. Sólo baila, y canta. Sólo siente.
De repente unas manos la frenan, la agarran de la cintura, la apartan el pelo de la cara y la besan.
-Estás preciosa.-
Y de fondo suena alguna canción, pero ya no sabe decir cuál.


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