jueves, 21 de junio de 2012

Other.

Se le enredaba el pelo entre los sueños que no se cumplían de la almohada. Le gustaba levantarse despeinada, aún con la resaca de las noches en las que bebía demasiada ausencia. No lloraba casi nunca, más lágrimas, más pérdida de conciencia. No se acordaba de nada, o quizá de todo, por eso no pensaba. Hacía tiempo que había quitado el espejo del baño. Comía esperanzas ligeras, pero no había postre, así que de nada le servía. Tenía tantos libros como lunares. Y tenía tantos lunares como lunas de mentira. No hablaba con nadie, siempre tenía miedo. No salía a la calle, nunca tenía ganas de ver arco iris.
Así pasó años, hasta que al final se cambió de casa, se cambió de pelo, se cambió de ropa, y se transformó en un recuerdo.
Si te sientes sola sobre la cama al levantarte, ella estará por ahí, con un vaso de plástico instándote  a que llores, mientras te prepara un postre.

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