miércoles, 20 de marzo de 2013

"Amigos"

Tengo veintidós años, a punto de los veintitrés, y todavía siguen impresionándome ciertas cosas igual que cuando tenía trece, o incluso antes. Es cierto que quizá ahora lo observo con otra perspectiva, no sé si más madura, o más amplia, pero sigue pareciéndome un problema igual que entonces. La mayoría de las personas tienden hacia el egoísmo. Ya con trece años era consciente de que muchas de las amigas que tenía no estaban dispuestas a dar lo mismo que yo por ellas. Después, a medida que fui creciendo, me di cuenta de que no tenían porqué hacerlo, que el hecho de que yo fuera de una determinada manera no me daba derecho a exigir a los demás que fuesen iguales que yo. Sin embargo, a día de hoy, aún sigue quedándome cierto resentimiento, y es triste decir que me acompaña en muchos de mis días cuando me relaciono con los que me rodean.
Vivimos en una época cada vez más globalizada, donde las fronteras (aparentemente) van desapareciendo a favor de una sociedad más intercultural. Y sin embargo las personas, cada día, siguen creando fronteras propias que les separan del resto.
Los amigos, ¿cómo definir la amistad? A menudo nos pasan mensajes en cadena que nos explican que la amistad es eso que jamás desaparece. Y hay algo dentro de mí que se ríe. ¿Amigos? ¿A quién podemos considerar amigos? Cada persona, claro está, tendrá un baremo para definirlo. El mío se basa en el altruismo. Mi amigo era/es aquél dispuesto a dar todo lo que esté en su mano por mí, sin esperar nada a cambio. Es evidente que si yo lo concibo así, es porque yo me comporto de esta forma, y la relación de amistad ideal llevaría consigo una reciprocidad no exigida, algo natural. Muchos pensaréis que es exigir demasiado, y con el tiempo hasta yo misma he llegado a pensar así. Ya (casi) nadie es altruista de forma "natural", precisamente porque ya (casi) nadie se molesta en mirar, o mejor dicho, VER, al Otro.
No se trata de ser pesimista, sino de defender una tesis antropológica, como ya decía: el hombre tiende hacia el egoísmo. Además, las expectativas de que las personas crezcan, maduren, y caminen por el mismo sendero que tú, se diluyen con facilidad. El amigo ideal de la infancia es difícil de mantener teniendo en cuenta que cada uno probablemente habrá escogido un camino para su vida, y que también probablemente esté muy alejado del propio. Más tarde, según van sumándose años, hacer "verdaderos" amigos va haciéndose difícil, nosotros mismos nos condenamos al ostracismo, unos por miedo, otros por indiferencia, y otros por puro egoísmo.
¿Es ésta la razón de que el hombre prefiera caminar solo en busca de sus propios intereses? No lo sé. Si bien he llegado a ciertas conclusiones, aún a día de hoy sigo sin encontrar explicación.
Ahora bien, he de remarcar que, pese a este panorama tan aparentemente "trágico", aún quedan personas altruistas, personas que no sólo se atreven a levantar la mirada para ver al Otro, sino que se interesan por él. Aún existen personas que necesitan personas. Y si antes defendía que me acompaña un cierto resentimiento, también he de decir que la ilusión de encontrar a personas así, supera y aplasta con creces ese sentimiento negativo.
El hombre tiende hacia el egoísmo. Pero todavía quedan personas tan especiales (por ser tan pocas y tan únicas) que siguen demostrándome que toda "regla", afortunadamente, tiene excepciones.




1 comentario:

  1. Un día alguien que lo había perdido todo, acababa de perder hasta su libertad, me dijo "Gracias por ser mi amigo". Yo no supe como decirle que no podíamos ser amigos, si no nos conocíamos y además yo estaba haciendo mi trabajo. Ella, era una mujer, se adelantó y replicó: "Tenía necesidad de hablar y me ha escuchado y a mí eso me vale" Está claro que la amistad de la que tú hablas es más que esta anécdota, pero la amistad se base en eso, en las pequeñas cosas que a veces nos regalan, incluso las que no percibimos de inmediato. Cierto es que existe demasiado egoísmo, pero tal vez todo irá mejor cuando descubramos que realmente esos pequeños detalles existen.

    No pierdas nunca esa generosidad, seguro le hace falta a alquien.

    ResponderEliminar