martes, 10 de mayo de 2011

Libélula.


Déjame ser quien ilumine tus noches, aleteando despacio a tu alrededor hasta que el sueño te venza.

Déjame ser el color de tu vida, reservando siempre un pincel para cuando lo necesites. Y si ni siquiera encuentras un lienzo donde pintar, déjame que te muestre el mundo, y pintemos juntos.

Vuela... vuela conmigo, después de todo, tú eres quien me ha dado las alas. Y cuando roces las nubes, a mi lado, recuerda que mi cielo eres tú, y no lo olvides nunca, ni cuando llueva, porque también entonces habré repartido mi esencia en cada gota para poder acariciarte.

1 comentario: