Cuántas veces somos isla,
cuántas veces somos ola
que lenta y brava asola
los bordes de esta vida.
Cuántas veces somos pájaro,
cuántas otra sólo nido
que abriga y alberga ruido
como reflejo del Tártaro.
Cuántas veces somos desierto,
cuántas veces somos hojas
que sobreviven a la soga
de la soledad que asfixia dentro.
Cuántas veces somos sin ser,
cuántas veces sólo somos
reflejo de versos rotos
que a la poesía han de volver.
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