miércoles, 3 de junio de 2015

Reflexiones y vivencias.

Quien no se enamore de tus tempestades, que no pretenda estar en tus momentos de calma.
Amar los defectos, eso es lo importante. Yo amo y odio, con intensidad, cada uno de los tuyos.


Cuántos tienen relaciones -no sólo de pareja, sino también de amigos- superficiales. Qué pocos hacen el esfuerzo de conocer y reconocer a alguien. Porque conocer significa también quedar expuesto. Y eso da miedo. Conocer a alguien significa esforzarse. Y eso, ¿para qué?
Vivimos en la época de los "amigos" de Facebook, de los seguidores en Twitter, y de la soledad en el alma.

1 comentario:

  1. Bueno, yo no voy a amar los defectos: no me gustan; simplemente los entiendo y acepto. Lo que de verdad amo es cómo se enfrentan y cuánto se está dispuesto a dejar de ser uno para ser mejor, cuánto se cuestiona, la duda. La falta de apego por uno mismo me parece ya el súmmum.

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