miércoles, 18 de abril de 2012

Como el día.

No importa que mañana las olas se paren
y la sal las abandone, digna y húmeda,
arrastrando un honor que en realidad
es echar de menos.
No importa que mañana la arena endulce
las ensaladas de unas estaciones iguales,
que no cambian, que sólo llueven,
que sólo se ausentan,
y sólo así consiguen ser tristes,
y sólo así no ser.

No importa que mañana el veneno no sea manzana,
ni que la manzana se vuelva agria,
echando en falta príncipes.
Y no importa que el veneno ya no exista,
porque ya no haya fantasía que lo alimente,
porque ya no haya alimento
para el alma, para el rojo del corazón.

No importa que mañana sólo sea mañana
y no un nuevo día.
No importa porque las olas,
la sal, la manzana y el veneno
no saben de ti,
no saben de mí,
y yo que no sé nada,
que sólo entrego el alma sin precio
y adorno folios con tinta,
¿qué importa?


No hay comentarios:

Publicar un comentario