viernes, 27 de enero de 2012

Filosofía.

¿La felicidad es un demostrable empírico o es un concepto decorativo metafísico? ¿Corresponde a categorías ontológicas o su naturaleza es epistemológica? ¿Dónde, cuándo, cómo se consigue? ¿Es un infinitivo o un gerundio? Estudiosos, filósofos, gente en general se cuestiona acerca de la esencia innata o no de la felicidad, y algunos se contestan que precisamente por ser fuente innata en nuestra mente, es inalcanzable para la unión de la misma con el cuerpo. ¡Puristas! Conceptos puros, abstractos y esenciales que pululan por ese mundo platónico de las Ideas. Un devenir continuo y a la vez un paroxismo inútil y deslenguado en el mundo terrenal que alaba cada vez más la ignorancia.
Y otros contestan que nada de Ideas ni sustancias, ¡aquí y ahora! Intelectualismo sensible, cinco sentidos, una vida. La cúspide de la felicidad está en las yemas, en las venas, en lo orgánico. Materia y alma unidos forman un cuerpo único, la unidad.
¿Y cuál escogemos? ¿Se puede escoger? Pues para eso hace falta libertad... ¿Existe la libertad? ¿Qué es existir? ¿Qué realidad debemos otorgar a eso? ¿Qué es real? ¿Y ser? ¿No estamos acotados a un lenguaje que precisamente nosotros mismos hemos creado? El pensamiento debería ser libre. ¿Puede serlo?
 Y... preguntas y más preguntas: Filosofía.


No hay comentarios:

Publicar un comentario