jueves, 13 de octubre de 2011

Líos e hilos.

Recorre un laberinto con pies sin cabeza, sobre cactus que pinchan el veneno de las palabras dichas. El pelo se le mete entre los ojos, abrazándose a ella. Los brazos marcan el compás, la mente se encuentra perdida por estar tan llena. La oscuridad avanza más deprisa, como si estuviese echándole una carrera. Y ella tiene ganas de darle una patada, esto no va con ella. El aire le pesa en los pulmones y le laten las mejillas. Physis, ser, obras, lenguaje, desprecio... factum. Le va a estallar, por eso debe llegar antes. Los ojos desean mirar, pero ella no quiere ver, todavía no. Revoltijos de ideas, experiencias e hilos de historias forman un día nublado, así que empieza a llover. Corre más deprisa, a la velocidad de las gotas. Su corazón le habla, pero hay demasiados truenos en ese instante como para poder escucharlo. Sólo un poco más... un poco más en el cronómetro y podrá descansar.

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