domingo, 7 de julio de 2013

Poeta y poesía.

Como el rocío de una hoja
que jamás se cae.

Como la leyenda de un tiovivo
con caballos
que jamás se cansan.

Como la saliva de unos labios
que jamás se gastan.

Así, a un escritor
nunca le faltan letras,
sólo le sobran.

Así, a un poeta
nunca le sobran versos,
sólo a veces besos
le faltan.

Y desplegar el abecedario
por las páginas del tiempo.

Y despejar las dudas
de la arena
que espera al sol.

Hoy me siento poeta,
me siento extraña.

Como si las margaritas
no tuviesen que escoger
entre el sí y el no.


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