Y aún así,
despojada de la infancia,
de esa nube blanca
que adorna la ignorancia,
vivo,
y -por qué no decirlo-
creo.
Y aún así,
apartada de la calma,
de esa sal que empalma
los veranos con el alma,
sueño,
y -por qué no decirlo-
creo.
Y aún así,
alejada del solsticio
que da sentido al sacrificio,
y engalana el mero vicio,
sufro,
perdono,
odio,
perdono...
y -por qué no decirlo-
creo.
Y aún así,
aún así,
aún así,
aún así...
creo.
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